viernes, 18 de noviembre de 2022

¡ Mami , jugamos!


Hola Amigos muy buenas tardes, otra vez vuelvo a la carga con otra convocatoria como hiciese ya en el mes pasado , en esta ocasión nuestro anfitrión Jasnet nos invita hacer un relato en este mes de Noviembre con el motivo de celebrar en su día el "Día de todos los Santos" y que de alguna forma aparezca la muerte , no como principal protagonista , pero en el relato tiene que aparecer.
Después de pensarlo mucho este es mi pequeño aporte  espero que les guste. Ya saben si quieren leer más relatos solo tienen que pinchar Aquí .   

Nota aclaratoria: Este relato es de alguna manera la segunda parte del primero, (pero es una versión distinta) siguiendo la estela del relato de esta participante a la convocatoria que se llama Marlen Larrayoz.. Esta escrito desde otro punto de vista , está escrito desde el punto de vista del protagonista que es "Un no nato" Espero que con este relato no herir la sensibilidad de nadie , ya que no es mi intención.

Os deseo a todos una feliz tarde , besos de flor.   
                                                   
                                                                            La foto es de Aquí


                              ¡Mami, jugamos…!


Cuando clara despertó en aquella habitación, lo que más le llamó la atención, fue un pequeño crucifijo de madera en una pared blanca, sin cuadros ni ventanas por dónde entrase luz, en un rincón de la habitación. 

Había un pequeño altar con velas blancas y negras encendidas, un rosario, estampitas de diferentes santos y una figura de la Virgen de Guadalupe.

La puerta de la habitación estaba entreabierta, cuando. Una señora mayor con pelo canoso la contempló con una mirada tierna, le cogió de la mano mientras le decía cariñosamente.

—No te preocupes pequeña, que todo ha salido bien, durante unos días te dolerá, pero, eso es normal, en seguida te daré un frasco de hierbas para que durante 40 días te hagas una infusión, te hará sentir mucho mejor y más fuerte. Y recuerda, que este tiempo, tanto partos como albortos, la tumba está abierta.

 La joven, le pregunto:

— ¿Por qué hay en esta habitación ese altar? ¿A qué virgen se le reza y para qué?

La mujer mayor la miró fijamente a los ojos, y por un momento se angustió, vio que el aura de la joven era negra como el carbón.

Ella sabía que cuando una tiene el aura negra, es porque la muerte andaba cerca o les había echado un malefició.

Esta se aclaró la voz, e intentando disimular su angustia, le dijo:

—Es un altar dónde yo suelo rezar para que todo salga bien mientras mi hermana practica la interrupción de la gestación del embarazo, ̶  Rezo a la virgen de Guadalupe—, para que proteja a la paciente durante todo el tránsito.

̶ ¿No será usted, por casualidad, una santera verdad?  ̶ Le dijo la joven mientras la mujer mayor le ayudaba a vestirse.

 ̶ ¡!

Se miraron mutuamente, cuando la joven le dijo:

 — ¿Puedo irme ya?

Sí—, contesto la mujer mayor, ̶, pero no olvides lo que te he dicho antes, tienes que tomarte todos los días una infusión, hierbas que te he preparado, Nada más llegues a casa cuando termines de cenar, te tomas uno antes de irte a dormir, No se te pude olvidar ningún día.

Clara llegó a casa, y vio que sus padres no habían llegado, se dirigió a la cocina y en la nevera vio una nota en la que ponía.


«En el micro  tienes una pizza de jamón York y queso 

  ̶ tu padre y yo ̶  hoy tenemos cena de empresa.

no llegaremos tarde, besos de mama».


Preparó la cena, y mientras veía la tele, se comió la pizza, fregó los cubiertos y el vaso de agua, puso agua a calentar en el micro para hacerse la infusión, Acto seguido, echó azúcar, y, a pequeños sorbos, se la bebió. El sabor de las hierbas era algo amargo.

Se cambió de ropa se puso su pijama de unicornios rosas y azules, y se metió en la cama, Poco después se quedó profundamente dormida.

En la primera fase del sueño, vio cosas extrañas que no lograba entender.

Era como si estuviese viendo una escena de una chica joven, a la que no conocía, desde el techo de la habitación, Estaba la mujer de pelo cano rezando en el altar, mientras que su hermana practicaba otra interrupción del embarazo. Pero en este caso, la muerte estaba presente en forma de espectro negro que sobrevolaba por la habitación.

Cuando la santera, en estado de trance, le dijo a su hermana:

 —¡¡Déjala, marchar!! ̶ Ya es tarde para ella y el feto... Viene con el tiempo pasado. Ahora es ella, la dama negra, la que los reclamaDeja que se vayan los dos, los padres de la joven lo entenderán.

 La doctora salió un rato después, y les dio la mala noticia, la joven había fallecido. Había empezado a tener convulsiones, su cuerpo, comenzó a dar saltos en la cama, con un hilo de voz decía que tenía mucho frío. su rostro se volvió blanco, sus ojos hundidos tenían ojeras negras y profundas y sus labios, se volvieron cianóticos. El último aliento que salió de la boca fue una nube de vaho blanco y frío como el hielo.

La santera preparó el cuerpo en una bolsa negra de cadáveres, y acto seguido llamó a los padres para que se despidieran de la joven. Llamaron al servicio funerario, que prepararon a la mañana siguiente.

La enterraron en el cementerio de la ciudad. 

Clara se removió en la cama mientras se quejaba en sueños, Entreabrió los ojos y vio que estaba en su casa, en su cama.

Tenía la frente y el pelo empapado en sudor. Se levantó de la cama y fue al lavabo, se lavó la cara y se refrescó un poco. Bebió un vaso de agua, y volvió a la cama, quedándose dormida de nuevo.

El segundo sueño fue más profundo y placentero. Iba caminando por un hermoso parque donde había una fuente de agua, era un día brillante con una cálida y fresca brisa de otoño. Los árboles estaban vestidos con sus hojas de otoño de colores ocres, rojos, amarillos y marones.

Caminaba y se oía el crujir de las hojas bajo sus pies, le relajaba, cuando de pronto, vio a una hermosa niña sentada en el suelo alfombrado, lleno de las hojas caídas de los árboles, de unos 5 o 6 años, Era preciosa, tenía unos grandes ojos azules y una sonrisa contagiosa, jugaba con una pequeña pelota de espuma de colores con un cascabel en su interior.

Clara se acercó a ella, y la niña le sonrió.

Buscó a su alrededor para ver si veía a su madre o padre, pero por allí no había nadie.

 Se puso en cuclillas junto a la niña y le pregunto:

—¡Hola, qué haces aquí tan solita! — No estoy solita, mi mamá está aquí cerca, se fue a comprar el periódico para mi papá, y no creo que tarde en volver.

Mientras esperaban a que llegase su madre, Clara cuidó a la pequeña. 

Juntas se pusieron a darle de comer a las palomas que había en el parque.

Carla le pregunto si tenía hambre.

 — Si, le dijo la pequeña.

 —¿Te apetecería comer un delicioso helado de chocolate? 

  ̶ ¡Bien! ̶ Dijo la niña, con una dulce sonrisa en su carita.

Salieron del parque y se dirigieron a un pequeño puesto de helados. Clara pidió dos vasos de helado, uno de chocolate y nata, y el otro de pistacho. Y volvieron de nuevo al parque a ver si veían a la madre de la pequeña.

Una vez que terminaron con el helado, con el sol en todo lo alto del cielo, se tumbaron a tomar el sol, en un mullido colchón de hojas marrones, rojizas y amarillentas.

El calorcito que desprendían los rayos de sol era un bálsamo para ambas, estaban como dos pequeños gatitos jugando con las hojas en una linda y cálida tarde de otoño.

Los días y semanas fueron pasando y entre Clara y la pequeña se fue forjando una fuerte amistad que dio paso a un cariño mutuo.

 Una mañana vio, que solo le quedaban hierbas para una sola infusión. La agradeció, el sabor era amargo, algo que no acababa de acostumbrarse. Sin embargo, también observó desde que empezó a tomárselas era como si algo dentro de ella hubiese cambiado, tanto física como emocionalmente.

 Se veía más fuerte y no tenía esa flojedad que sentía cuando llego desde aquella clínica.

En ese tiempo, tanto fue el cambio en ella que sus mismos padres lo notaron. Ya no era la típica niña Ni-ni, que ni estudia ni trabaja y mucho menos a la niñata que le gustaba ir de fiesta, llegar a casa bien entrada la madrugada y como decían sus amigas «Sola y borracha quiero llegar a casa». Hacer botellón, fumar porros y comerse unas cuantas rulas, y echar a perder su juventud.

Esa Clara, ya no volvería jamás, Ya que murió el día que empezó a tomar aquellas hierbas milagrosas.

 Habían pasado 12 años y, en ese tiempo, terminó su carrera de pediatría infantil, conoció a su marido Rodrigo y fueron padres de una preciosa niña.

La llamaron Alba, nació sana, fuerte, alegre. Era un terremoto de dulce criatura.

Tenía la edad de 2 años "pero", Alba no hablaba, solo lo hacía con gestos. Cuando tenía ganas de comer cogía una cuchara y se la llevaba a la boca, cuando tenía sueño tomaba la pequeña manta de su cama y el chupete, y buscaba a su madre para que la durmiese.

El médico la examino y no vio nada extraño en ella, Para más seguridad le hicieron pruebas de audición y comprobaron que la niña oía perfectamente, con lo cual descartaron que estuviese sorda. Le miraron las cuerdas vocales y no vieron nada anómalo en ellas, así que llegaron a la conclusión de que la niña, no quería hablar.

Llegaron a pensar los padres de Alba que tal vez la niña fuese un poco retrasada o tuviese alguna discapacidad, pero los médicos tanto el neurólogo. como los logopedas, dijeron que no,  que el coeficiente intelectual en un niño a esa edad era normal entre: 90  y 110, ella estaba en ese baremo.

— Señora Clara, permítame que le diga que a su hija no le pasa nada y es una niña normal, lo que pasa es que no quiere hablar, digamos que es un poco perezosa, pero no se preocupe, cuando ella quiera  ya hablará.

Ya sabiendo lo que le pasaba, los padres se armaron de paciencia y decidieron dejar de insistir.

Un año más tarde, en un hermoso día de abril, Clara le dijo a su marido que se iba al parque para ver si la podía tranquilizar un rato, la notaba un poco nerviosa e irritada. Cogió el capazo de la niña y  una de sus muñecas y se fue al parque. Saco una  manta, la extendió en el césped y sentó  a la niña. Esta le reclamaba  su muñeca, enseguida se la dio para que jugara con ella.

Mientras la veía jugar alegremente, Clara le pregunto.

— ¿Alba, cariño tienes hambre?  ¿Quieres un Petit suisse, de fresa?

La niña hizo un gesto negativo con la cabeza, y volvió a jugar con su muñeca.

Pasado un rato, Alba miro fijamente a su madre y Clara le devolvió la mirada, Por un momento sintió como un escalofrío recorría su espalda, cuando le dijo:

— ¡Qué te pasa cariño, qué tienes!  ̶ Cuando la niña pregunto:

 ¿Mami, porque tú no quisiste a mi hermana? ¡Es que acaso ella no era tan buena como yo, y por eso decidiste dejarla en aquel horrendo, y frío lugar donde van todos los niños que no quieren!…¿Eh, mami?

                                                          Fin.

Nota; Quiero agradecer a tod@s las buenas personas que me leen cada día y me comentan , y me dan buenos consejos a la hora de intentar hacer bien aunque solo sea una vez, mis escritos ,cuentos y relatos porque gracias a todos vosotros ,esta humilde servidora de todos vosotros lo agradezco enormemente , cada día aprendo un poco más de lo complicado y difícil que es escribir algo que merezca la pena, no quiero imaginar el arduo trabajo que supone escribir un libro...... A TOD@S VOSOTROS GRACIAS DE CORAZÓN.

Os deseo a todos un feliz fin de semana , besos de vuestra amiga que os quiere flor.

Pd; Este fin de semana , intentare ponerme al día con todos los blog pendientes , incluidos los del "Reto tintero de oro"