Andaba por tierras de Camelot
Pegándole patadas a una piedra y maldiciendo mi suerte
Sin oficio, ni beneficio, ni fortuna que se precie.
Llegue a una gran plaza donde había
Un gran corro de gente, jaleando quién sería el valiente en sacar
La pesada espada de las entrañas de la gran roca…
Forzudos y cabezudos mozos, caballeros sin honor y viejos sin amor
Probaron fortuna, pero uno por uno cayeron agotados, y malhumorados.
De ver que la espada no quería salir, hasta que un hombre de pocas carnes
y más largo que un día sin pan, de nariz aguileña y de aspecto cadavérico con
Ojos de perdiz, o sea yo un servidor, decidí probar fortuna, no estaba en mis planes, sacar esa espada pero animado por el gentío, yo también decidí probar suerte, lo que desconocía es que sin quererlo sería el Rey de aquel reino, a no ser que dé propia iniciativa renunciase a tal cargo y responsabilidad.
Me acerqué a la gran roca y cogí la espada por la empuñadura, y tiré con fuerza y decisión, y esta salió suave y ligera.
La gente enmudeció y en segundos, la gente empezó a festejar que ya tenían un nuevo rey... El rey de Camelot.
Una vez terminaron de mantearme, un grupo de personas me llevaron al castillo y por el camino, me contaron el protocolo de cómo debía tratar a los gobernantes de los otros reinos.
Me llevaron a mis aposentos, me vistieron para la gran celebración y el futuro casamiento con mi futura reina.
Tengo que decir que una vez, que nos sentamos todos en el gran salón, y me presentaron a la bella Ginebra, yo me quede prendado de aquella criatura.
Después de cenar , salimos a dar un paseo por los jardines de palacio , yo note una gran tristeza en su mirada , le pregunte el porqué de aquella tristeza , que ensombrecían sus bellos ojos , al principio no me lo quiso contar , pero al final después de un largo silencio le dije :_ No temáis , mi bella Ginebra , como hombre de mundo puedo adivinar que tú corazón pertenece a otro hombre , y sé que sin querer me serás infiel con él , y para que no tengas que pasar vergüenza , y no te lleven en malas lenguas , te diré lo que voy a hacer , ya que nuestra boda será dentro de 3 días.
Llegado, el día…. Primero el de mi coronación como rey.
Se festejó un gran banquete para todo el mundo, tanto para la realeza como
Para los habitantes del reino, llegando el gran día la ceremonia se celebraría
En la iglesia, junto con toda la corte y los caballeros de la mesa redonda.
Entre ellos, había un valiente caballero, del al cual yo me había informado
Respecto a sus intenciones a jurar lealtad a rey, y defender si llegara la ocasión de exponer su vida, para salvar a su rey y su reino de Camelot, contra futuros enemigos de batalla, este supo de inmediato que era un buen caballero.
Una vez aclarado todo el tema, nos reunimos en la iglesia, para consagrar mi matrimonio con la bella Ginebra.
Cuando el cura pronunció las palabras “Ginebra…Quieres por esposo a Arturo” está muy apenada y angustiada, porqué no podía casarse con su verdadero amor, resignada dijo –Sí.
Acto seguido el cura me dijo lo mismo , cuando yo lo interrumpí , y dije: _ ¡Como soy un hombre de mundo! Y nadie se percató ,ni pregunto de donde había llegado, pues soy un forastero.
Y tengo otra misión que cumplir, así que mi destino es otro.
En mi puesto lo tomara por esposa, el caballero “Lancelot” que serán felices y comerán perdices.
***Fin***
Yo Arturo, meses después en mi “máquina del tiempo” volví a Camelot me case con una hermosa criada Llamada Aurelia, que siempre fue la reina de mi corazón.
Y con este bello cuento me despido de todos vosotros , y os deseo una feliz tarde besos de V...Flor.
Interesante giro argumental el que le diste a la historia.
ResponderEliminarTdos será felices, por los menos los personajes principales, evitando un para de tragedias.
Besos.
Le has dado una vuelta a la leyenda del Rey Arturo.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Espero que te encuentres bien.
Muchos besos
Bonito cuento mi querida Flor,gracias y un abrazo y besote con todo mi cariño ...feliz semana.
ResponderEliminarY la historia la has hecho tuya. Abrazos mujer creativa
ResponderEliminarEl noble corazón de un Rey, si todos los gobernantes tuvieran un corazón así, otro sería este mundo. Y yo, como Caballero Negro me voy en mi corcel ;)
ResponderEliminarBesos dulces Flor y dulce fin de semana.
arturo sabía por su máquina del tiempo que la tal ginebra le iba a poner los cuernos y se curó en salud esperando la felicidad que llegó a través de la bella aurelia. bien por él.
ResponderEliminarbesos.
Me gusta como adaptaste la historia de Arturo y el final que le diste. Te mando un beso
ResponderEliminarHermoso relato muy tierno y romántico.
ResponderEliminarDeseo te encuentres bien amiga Flor cuídate, abrazos
Un placer leerte Flor, saludos y cuidate amiga.
ResponderEliminarPues es fantástico eso de acabar siendo rey, sin saber cómo. Una leyenda preciosa, que te ha salido fenomenal con tu voz.
ResponderEliminarUn abrazo
Así tenía que haber ocurrido. Un beso
ResponderEliminar¿Cuento? Tan bien estructurado y contado que he creído que era una realidad histórica.
ResponderEliminarBesos.
Has sabido darle el final que bien merece el amor. El sincero, el de verdad; aquel que se pronuncia libre desde su más maravilloso latido.
ResponderEliminarBonita versión. Ambos pudieron estar con quien de verdad ocupaba su corazón.
Un placer leerte, preciosa.
Espero que estés bien. Cuídate mucho.
Abrazos y cariños, y muy feliz finde!💙
Es un cuento loco...parece infantil...Pero ¿sabes?...ME ENCANTÓOOOOOO..!
ResponderEliminarHas hecho evitar mucho problemas posteriores.
ResponderEliminarBesos Flor.
Es inevitable pensar en Ginebra Blonde.
ResponderEliminarBesos.
😊💙
EliminarHola, Flor. ¿Cómo estás? Deseo que todo vaya bien y tus problemas de salud hayan mejorado.
ResponderEliminarY dicho esto, te felicito por este bonito cuento con el que he disfrutado al leerlo. Rey por un día... Un Rey bueno y nada vanidoso.
Un fuerte abrazo y todo mi cariño.
Vaya cuento bonito que te ha salido, Flor. Muchas felicidades.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bonito giro le has dado, me encanta. Besos.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu versión.
ResponderEliminarCuídate mucho, Flor. Y sigue escribiendo así de bien.
Un abrazo.
Un placer leerte me gustó mucho!!
ResponderEliminarJajajajaja, reescribes el mito.
ResponderEliminarBesos.
Y es que "el amor viene así de esa manera... Y uno no tiene la culpa" si se deja llevar por él sin más.
ResponderEliminarA mí me gustan los finales felices; Flor, y éste tuyo lo es.
Espero que ya esté recuperada de tus contratiempos de salud, Flor. Y sigue cuídandote con mucho humor que esto dura un suspiro.
Besos,
oioioi la Aurelia con el Arturitoooo :-D
ResponderEliminarUn beso Flor ;)
Tu versión es mejor que el original.
ResponderEliminar:)
Besos.
Hola Flor, que hermoso relato. Soy muy fan de las historias de Camelot, mi tesis de Lic. Fue de ese tema. Gracias por hacer un final justo para todos. Saludos
ResponderEliminarOye, que me cae muy bien tu Arturo. De viaje de novios puede llevar a Aurelia a cualquier lugar en cualquier tiempo, qué gozada :)
ResponderEliminarMe encantó
Besitos Floreta!!
Lograste recrearlo mucho mejor, jaja. Qué buena eres escribiendo preciosa. Este mes he podido estar muy poco en los blogs, por eso me lo había perdido.
ResponderEliminarMil hesitos con cariño de anís.