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miércoles, 22 de junio de 2022

El peregrino.

                                          foto prestada por mi buen amigo Alfred gracias.
                                      * Si a Santiago vas , no dejes la sendas viejas por unas nuevas.


                              El peregrino.

 

Merche estaba saliendo de su casa, en una planta baja, cuando recibió un mensaje de  su amiga Mirta “Acaban de llevarse a mi madre al quirófano, luego te llamo, vale reza porque todo salga bien”

Merche, era doctora en pediatría Infantil, trabajaba en el hospital donde, estaba la madre de Mirta ingresada, Cogió su coche y se dirigió hasta allí, antes de entrar en su consulta paso por la capilla que había en la planta siete.

Abrió la puerta, metió la mano en la pileta bautismal, se santiguó, camino unos pasos y se sentó en uno de los bancos que había libres, se arrodilló y pidió por la mejoría de Pilar, la madre de Mirta, rezo un padre nuestro y miró fijamente al rostro de Jesús crucificado en la cruz, cuando le hizo una promesa.


 — ¡¡Señor!! Si la madre de Mirta sale bien de esta operación, te prometo hacer el camino de Santiago, y te pongo una vela. 

Un año más tarde, cómo prometió Merche le dijo a Mirta 

— ¡Me voy a hacer el camino de Santiago! Durante este año, tu madre ha quedado bien de la operación de la rodilla, así que debo cumplir mi promesa.

— ¿Sabes, se lo comenté a mi madre, y te digo que me voy contigo?, ¿Te parece bien?

— Siiii, pues claro que me parece bien, es una noticia fantástica. Le dijo Merche.

Así tú no vas sola ¿No te parece? le contesto Mirta.

—Ya verás, lo bien que nos lo vamos a pasar con este viaje, será el viaje de nuestras vidas, no lo olvidaremos Jamás. Una semana más tarde, Mirta y Merche se despidieron de Pilar, si todo salía bien, en una semana estarían de vuelta y le contarían todos los detalles.

Cuando llego la hora, se despidieron de Pilar.

Contrataron un itinerario de una semana completa.

Ya que salían desde Sarria “camino Francés”, hasta llegar a Santiago de Compostela. Eran 111 kilómetros caminando , 6 noches , y 5 etapas.  

Se instalaron en un albergue modesto y con todas las comodidades. 

Camas mullidas y blanditas, la cena fue exquisita digna de una estrella Michelin, un picho de merluza del cantábrico, con patatas asadas con ajo y perejil, de segundo, unas chuletas de cordero de lechal y un vino albariño y de postre unos flanes caseros.

Fue en la cuarta etapa, cuando un pequeño grupo de peregrinos que iba con ellas, se fue alejando, el cansancio y las largas caminatas para dos personas, que no están muy habituadas hacer jornadas de 5 a 7 horas caminando, pues empezaba a ser cansado.

Cuando, Mirta pego una voz para que el grupo se parase durante unos minutos.

—¡¡Holaa, perdón, podéis parar un poco, mi amiga está casi sin aire!!

Hola, hola me oís, estamos aquí atrás… Pero no hubo contestación alguna.

—¡¡Upss, serán cabritos!! Sabes una cosa, nos han dejado aquí tiradas a las dos. Y lo malo, es que está anocheciendo, y no sabemos cuánto, nos queda para llegar hasta el próximo, punto.

 —No te preocupes, que no faltara mucho, pronto encontraremos una señal o algo que nos indique el camino que nos falta.

Siguieron por el mismo sendero, estaba lleno de árboles y plantas de la zona, y algunas flores silvestres, el olor de la naturaleza a tierra húmeda y la resina de los árboles, hacían que el aire estuviese un poco cargado.

Cuando de pronto vieron una fuente, les dio alegría porque casi no tenía agua, y un trago de agua fresca no les vendría mal, cuando de pronto junto a ella, de la nada salió, un peregrino, con un bastón.


—Buenas tardes, los de dios — dijo el peregrino mientras Merche y Mirta se acercaban a la fuente a llenar los bidones pequeños de agua. 

— ¡Hola, buenas tardes! — contestaron las dos a la vez, mientras Mirta esperaba a llenar su bidón de agua miro fijamente al peregrino, está lo miraba fijamente, era un hombre mayor con el pelo cano y larga barba blanca, de la comisura de la boca, se marcaba un pequeño cerco blanco era como si tuviese unas boqueras blancas de saliva seca, sus pequeños dientes los tenía negruzcos, sus ojos estaban tapados por una gafas de sol cómo las llevaban los ciegos, por un momento pensó que él era ciego.

— ¿Se han perdido, señoritas? Por casualidad.

¡No, nos hemos perdido! Le dijo Merche, lo que pasa es que nuestro grupo camina más rápido que nosotras, estamos cansadas, no estamos acostumbradas a caminatas tan largas. Nos esperan al final del camino.

—¡¡Yo, creo que no les han esperado!! No han contestado a su llamada, pero no se preocupen, yo les guio… Eso sí, tendrán que hacerlo como yo les diga, si no se perderán para siempre, no es la primera vez que ha pasado.

Estás se miraron extrañadas, cuando el peregrino les dijo;

 — Una vez que salgan de este sendero llegaran a un claro que tiene un camino que tiene dos direcciones, una está a la derecha y les lleva a un pueblo “Cerro de los lobos” y la de la izquierda, les lleva a una pequeña pedanía antes de llegar a “Arzúa a Pino” está es más larga, y puede ser que se les haga de noche y tengan que dormir en pleno bosque, junto con las criaturas salvajes.

» Mi consejo como peregrino, es ir por el camino más corto, que es el cerro del lobo. Dicen las malas lenguas, que se le puso nombre a ese cerro, porque hubo un tiempo. Que los peregrinos después de varias jornadas, acaban desapareciendo en extrañas circunstancias, eran víctimas de los lobos, por falta de comida. 

Cómo no podían bajar al pueblo, y alimentarse de las granjas, estos atacaban a los pobres peregrinos incautos.

Durante años no se hizo el camino de Santiago por ese motivo. 

Una década más tarde, acabaron con todos los lobos y la ruta se volvió a poner en marcha, se volvió a hacer el camino de Santiago.

Como si nada hubiese pasado. 

Una vez que el peregrino les aviso , estás lo miraron con un poco de miedo a la vez que le daban la razón. 

En ese momento, Merche le dijo:

—Está bien, iremos por el cerro de los lobos.  

Si nos damos prisa, llegaremos pronto al siguiente albergue, y allí contaremos que nos dejaron tiradas a las dos. Se despidieron de viejo peregrino mientras este les decía adiós con la mano. Unos segundos más tarde, se giró Merche, para ver si todavía seguía el peregrino allí, este ya no estaba, había desparecido igual que cuando apareció en la fuente. 


No habían caminado más de unos cuatrocientos metros, cuando entre los árboles y la maleza del sendero, Mirta le pareció ver a unos cuantos peregrinos andando a paso ligero, mientras hablaba con Merche, volvió a mirar y lo que antes le había parecido que era peregrinos, estos corrían velozmente, mientras uno de ellos, aullaba estaba llamando a la manada, eran lobos. 

—¡¡Corre, corre!!

Gritaba Merche, tenemos que llegar al cruce de camino. Voy todo lo deprisa que puedo, ya no puedo correr más — le contesto.

 Está tropezó y se rompió el tobillo, cayó de bruces al suelo, Merche la agarro por el brazo y siguieron caminando a paso ligero todo lo que podían, cuando por fin llegaron a cruce del camino.

Vieron los carteles que les dijo el peregrino, así que se fueron por el cerro de los lobos, dejando tras de sí, la otra dirección. Se tomaron un tiempo para descansar, un poco, ya que habían dejado muy atrás a los lobos, anduvieron durante más de cuarenta minutos, y no veían el final del camino, cuando de pronto vieron cuatro o cinco lobos escondidos entre los árboles. 


El lobo Alfa, era el más grande de todos, era un lobo de un pelaje espeso blanco y gris, sus patas eran robustas y sus zarpas eran negras, sus ojos eran negros como la noche, y de su boca salía una espesa espuma blanca que le colgaba en hilos de saliva. Cuando de pronto, salieron todos en manada, en busca de Merche y Mirta. 

En un acto de desesperación, Merche cogió un palo robusto que había en el suelo, mientras le decía a Mirta:

— ¡Súbete a un árbol, Mirta por dios, Mirta! Mientras, yo intentare hacerle frente.

—¡¡No, lo hagas Merche, es muy peligroso!!

Merche estaba, decidida a hacerle frente al lobo, este salto de sopetón sobre Merche, mientras ella, le pegaba con el palo en la cabeza. 

El lobo le ataco mordiéndole en el brazo, hasta que Meche soltó el palo, y a tientas busco con la otra mano, una piedra.

Cuando ya la tenía, le golpeó varias veces, hasta que consigo zafarse de él. Mirta bajo del árbol, ayudó a Merche, a levantarse del suelo, cuando los tres lobos, se les tiraron encima, uno de ellos le pego un mordisco en la pierna a Merche, mientras esta se defendía como podía, otro de ellos le mordió en el cuello en la yugular, cuando de pronto el cuerpo de Merche, con un hilo de voz dijo:

— ¡Mirta, Mirta, escapa! Su cuerpo dejó de moverse a los poco segundos Merche había muerto. 

Viendo la escena, la pobre Mirta salió cojeando y apoyándose en un palo largo que utilizo de bastón, a los pocos metros el lobo Alfa, salió al encuentro de Mirta. 

Este la miro fijamente, en una fracción de segundo Mirta, llego a ver al lobo transformarse, en el peregrino que vio en la fuente. Mientras su cabeza, le daba vueltas a lo que había visto, pensó que era fruto de su imaginación, del terror que estaba pasando, le hacía ver cosas que no eran reales, este se lanzó sobre ella y le mordió varias veces en las piernas y en un brazo. 

Cuando de la garganta de Mirta salió un grito gutural, cogió el palo largo que llevaba de bastón, le pegó con él en la cara repetidamente, metiéndole unas cuantas astillas en los ojos varias veces, el lobo salió huyendo con los demás lobos.

Un año más tarde, en la misma fuente dónde cogieron agua Meche y Mirta. Una joven pareja de daneses, hizo la misma parada en la fuente,.... 

Cuando de pronto de la nada, junto a la fuente había una joven peregrina con un bastón, y les dijo: 

—Buenas tardes, los de dios — dijo Mirta. 

— ¿Se han perdido, Por casualidad? 

Mientras la joven les dedicaba una animosa sonrisa… Pensó, ya ha empezado "La temporada de caza."

                                                   

                                                                        Fin.

 

 

Nota ; Siguiendo la estela de mi buen amigo Alfred , que hace unos 38 días hizo una entrada dando nombre a la foto "La fuente" que gracias a su generosidad , cuelgo yo hoy aquí en mi blog, hago una especie de continuación de su relato pero con otro titulo diferente , puesto que en su entrada hay un momento , que él está hablando con un individuo , que de la nada sale junto a la fuente .

Es aquí dónde , me vino la idea de hacer esta continuación.

Para ponernos en situación aquí les pongo el enlace de su blog , por si quieren leer esa entrada de la que les hablo Relato de la fuente , espero y deseo que disfruten tanto de su relato tanto como con el mío , os deseo a todos una feliz tarde de Miércoles , besos de vuestra amiga flor.

Pd , últimamente no ando muy fina , con las faltas de ortografía , en temas de guiones a la hora de hacer que los personajes hablen entre si , y el narrador , o que simplemente estoy un poco agobiada , y esto de alguna forma me supera , ya que en vez de ir hacia delante voy como los cangrejos , para atrás , así que pido por favor "AYUDA" si veis que tengo alguna falta o  los guiones no están bien , que seáis sinceros y me digáis cruda verdad , ya que es la única manera de que yo aprenda de una vez , y no vuelva a cometer el mismo error.

Gracias amigos , por todo y por estar ahí cuando os necesito ..... Sois  los mejores , besos de flor.  

 

 

 

jueves, 16 de junio de 2022

El libro de la Masía .... Ya está en mi casa.


Hola amigos, hoy quiero celebrar, que por fin tengo el libro de mi buen amigo bloguero Alfred. Que me llegó hace unos días, y que por motivos de médicos y rematando el tema de la mudanza en mi nueva casa, la verdad es que no pude hacerle el merecido homenaje y agradecimiento a mi buen amigo Alfred. 

Y ahora que tengo, un ratito libre, os cuento la ilusión que me hace el recibir el libro, puesto que cómo bien le dije a él, en uno de mis comentarios en su blog, le dije que yo no tenía cuenta en Amazon, y él cortésmente se brindó en mandármelo contra-rembolso en formato paquetería.

Y aquí os lo muestro, he empezado a leerlo esta tarde, y la verdad es que no va mal la cosa. Y como no quiero hacer un " Spoiler" os ánimo a que lo busquéis y lo compréis en Amazon, que es muy interesante, y tiene mucho gancho.... Alfred, te digo que este es el mejor dinero que he invertido en un libro.

Como nota curiosa diré que la numeración del libro, no es como la de un libro normal, ahora lo que  no se, si es una marca distintiva y diferente que Alfred ha querido poner en el libro o es que la imprenta lo ha hecho así, pero la cuestión es que en los libros que tengo, tanto de tapa dura como de tapa blanda.

Empieza la primera página por la derecha abajo y sigue por la izquierda, pero en la segunda página sale en la parte, a la mitad del final de la  página derecha, no sé si me explico. Pero lo mejor es que me lo ha dedicado, que es lo que más ilusión me hace. Y estas son las pequeñas alegrías que te da la vida, cuando tienes amigos blogueros, que te hacen feliz con pequeñas cosas como estas.       Y yo soy feliz , con pequeñas cosas.

Gracias Alfred, eres un buen hombre mejor persona y gran amigo. Os deseo a todo una feliz tarde- noche, besos de vuestra amiga flor. 

Nota de última hora: Esta entrada , la publique en mi otro blog "Baúl en obras" hace unos días , y también lo subí a mi facebook , pero allí me censuraron la entrada  y no se porqué , así que he pensado hacerle el homenaje que se merece a mi amigo aquí . 

Puesto que aquí , pasan más amigos a leerme y pueden conocer mejor a mi amigo Alfred.

jueves, 9 de junio de 2022

El gran banquete....


Nunca subestimes la fiereza de tú mascota, por dócil que este sea. 


El Gran Banquete...

Doña Gertrudis, era una vieja amargada, reguñona, y acaudalada viuda, que vivía con su hermana solterona Eleonora. En la urbanización residencial “La calle Morgue” número Diecinueve de (París).

Gertrudis, hacía más de diez años que enviudo de su marido un rico empresario, murió de unas extrañas fiebres a la edad de 54 años, en la lectura el abogado de su marido le dijo:

—Yo, don Vicente Martín, le dejo a mi querida esposa Doña Gertrudis Peláez, toda mi fortuna y el 80 % de acciones de mi empresa de azulejos, puesto que el otro 20% corresponde a mi hermano Felipe Martín.
Doña Gertrudis, acepto de buena gana.

Una vez que celebraron el funeral de Don Vicente, cada uno se fue a su casa.

Días más tarde, el hermano de Vicente, fue a visitar a su cuñada. Estuvieron hablando de todo un poco, de lo sola que se sentía y si no fuese por la compañía de su hermana y sus dos mascotas, El gato negro Ring—Ring y el cuervo parlanchín, estaría sumida en una depresión, ella le pidió un favor hacerse cargo de la empresa al 100% y de los beneficios que esta generaba al año, él le daría la parte correspondiente que le pertenecía de su marido, a lo que Felipe acepto puesto , que él era el contable gestor de la empresa.

Gertrudis, lo invito a él y a su esposa, a una cena para celebrarlo.

A la cena, acudiría el párroco de la Iglesia de Santa Marta de París.

Que ofició el funeral de Vicente, Felipe y su esposa Marta, una amiga de la familia Margarita, y por último Eleonora.

Hacía días, que el gato negro. ring-ring y el cuervo parlanchín, estaban rabiosos entre sí, el gato negro con esos ojos tan brillantes e intimidantes, hacían que las visitas lo evitaran.

El cuervo parlanchín, también tenía los ojos brillantes y un espeso plumaje, cuando se engallaban los dos, este se inflaba tanto como un globo, tenía pico muy afilado, este en cuanto tenía oportunidad, se dedicaba a darle picotazos al pobre gato.

El gato, se ponía en guardia y se le ponían los pelos de punta, afilaba sus uñas y le tiraba zarpazos mientras bufaba.

Harta Doña Gertrudis de este extraño comportamiento entre las dos mascotas los castigo a los dos poniéndoles en la comida una pequeña cebolla.

—¡¡No, saldréis!! De aquí hasta que os comáis las cebollas me oís los dos, Ring-Ring y parlanchín. Les dijo cerrando la puerta de un portazo.

Habían pasado cuatro días, cuando Eleonora fue a ver a las mascotas, y vio que los platos estaban vacíos, pero la cebolla seguía allí, el gato se le acercó, ronroneando dulcemente.

Eleonora lo cogió en brazos, y lo acarició mientras le decía al oído — hablaré con mamá para que os levante el castigo, mientras el cuervo graznaba frenéticamente en su jaula.

Cómo Carmen, sabía del sufrimiento de las mascotas, solía pasar a darles de comer a los dos, pero las cebollas seguían allí como el primer día que fueron castigados.

—¡¡Carmen, fuiste a la tienda!! de “Abdul” a comprar las nuevas infusiones, que le encargué la semana pasada.

_¡¡Si, señora!! Sí que fui, Abdul me dijo que estas infusiones, le gustaran más porqué son un poco más fuetes de sabor, con estas podrá usted dormir mejor, llevan unas hiervas nuevas entre ellas, llevan mejorana.

—Pues esta noche después de cenar a la hora de los postres, haces el té verde y el café, para todos los invitados. Llego el día de la gran Cena, y Carmen se esmeró en la cena.

Vistió la mesa con el mejor mantel, saco la cubertería de plata y la vajilla de porcelana fina, que heredó de su abuela, las copas de agua, vino y champán, era de cristal Murano.

La cena se componía de pato a la naranja con patatas caramelizadas con kiwis y mangos, sopa fría de marisco y centollo, con una ligera salsa de salmón nórdico y de postre brochetas de frutas, melón, sandía, piña, y fresas silvestres y helados variados.

Los invitados fueron llegando, el primero en aparecer fue el párroco de la iglesia de Santa Marta con una botella de licor de hierbas, poco después llego Felipe y su esposa Marta con la amiga de la familia Margarita.

Una vez que todos, los invitados estaban en la mesa, con un toque de campanilla, salió Carmen y Gertrudis le dijo:

—¡Carmen, ya puede usted servir la cena! Esta le hizo un gesto de aprobación, y se fue a la cocina, en unos minutos salió, con la bandeja de plata con el pato a la naranja.

Una vez, que llego la hora de los postres y el café, Carmen sirvió el licor de hierbas, regalo del párroco, media hora más tarde todos estaban en un estado de sopor y drogados.

Aprovechando, que Carmen se fue a hacer un recado, el gato negro y el cuervo aprovecharon para salir de la habitación, viendo el banquete que había en el salón, estos se lanzaron como animales salvajes que eran, atacaron ferozmente a los invitados, el cuervo le pico los ojos a Gertrudis, el párroco se cortó con uno de los cuchillos, mientras el gato le comió la cara a Margarita.

Ring-Ring y parlanchín… Al final tuvieron su cena.

Fin. Palabras; 900 

Espero que sea esto, lo que mi buen amigo David Rubio nos pidió en su convocatoria , hacer un homenaje a un gran Escritor del genero de Terror , como es Edgar Allan Poe.

En mi defensa diré que por desgracia , no he leído mucho libros de este escritor al igual que H.P. Lovecraft , y si soy sincera me gustaría leer alguno de ellos dos.

Si pincháis en el nombre de mi buen amigo , os llevara hasta su blog dónde allí podréis leer más relatos de terror.

Os deseo a todos una feliz mañana de Jueves , besos de flor.